Hace cuarenta años, un fontanero con gorra roja y un bigote inconfundible se convirtió, sin proponérselo, en el rostro más reconocible de toda la historia del videojuego. Super Mario no solo salvó a Nintendo del abismo tras la crisis del 83, sino que también definió lo que significa jugar en consola. Cada generación tiene un Mario al que mirar con cariño: algunos recuerdan con nostalgia las tardes frente a un televisor de tubo saltando sobre Goombas, otros lo descubrieron en mundos tridimensionales llenos de galaxias, y los más jóvenes lo han acompañado en su Odyssey alrededor del mundo.
El 40 aniversario de la saga es una oportunidad para repasar la evolución del personaje y de sus juegos principales. No estamos hablando de «Mario Kart» o «Mario Party» —series queridas y exitosas por derecho propio—, sino de los títulos que han marcado el camino central: los juegos de plataformas donde Mario se pone el mono de trabajo y se lanza a rescatar a la princesa, descubrir mundos y reinventar su propia fórmula.
El criterio de este ranking es sencillo: se han revisado decenas de fuentes, desde bases de datos como Metacritic hasta foros de usuarios en Reddit y GameFAQs, pasando por listas de medios especializados como IGN o Polygon. El resultado es un consenso amplio entre crítica y comunidad: qué juegos son considerados obras maestras, cuáles han envejecido con dignidad, cuáles fueron experimentos divisivos y cuáles, directamente, quedaron como notas a pie de página en la historia del fontanero.
El listado está ordenado de mejor a peor, con la intención de reflejar no solo la calidad técnica de cada entrega, sino también su legado y su huella cultural. Y como toda lista, está abierta a debate: el valor de Mario está tanto en su capacidad para reinventarse como en la pasión que despierta en cada generación de jugadores.
Top 5: las obras maestras absolutas
1. Super Mario Bros. 3 (1988, NES)
Para muchos, el auténtico pináculo de Mario en dos dimensiones. Llegó en plena madurez de la NES y condensó todo lo aprendido en entregas anteriores: mapas con caminos alternativos, power-ups memorables como la hoja que otorgaba la transformación en mapache, secretos ocultos en cada esquina y un diseño de niveles que todavía hoy se estudia en las escuelas de game design. Fue, además, un fenómeno cultural: su presencia en la película “The Wizard” lo convirtió en un acontecimiento mediático y en el sueño de cualquier jugador de finales de los 80. Más que un videojuego, era una caja de sorpresas donde cada nivel parecía inventar algo nuevo.
2. Super Mario Galaxy (2007, Wii)
En pleno auge de la Wii, cuando todo el mundo hablaba del mando con sensores de movimiento, Nintendo decidió arriesgar con un Mario que llevaba la exploración tridimensional a otro nivel. La apuesta por la gravedad esférica transformó cada escenario en un rompecabezas cósmico, donde las leyes de la física se volvían juguete. Galaxy no solo sorprendió por su jugabilidad, también por su espectacular banda sonora orquestal, que dotó de una épica nunca antes vista en la saga. Fue un Mario que emocionó tanto como divirtió, y que mostró que la innovación todavía podía ir de la mano de la tradición.
3. Super Mario Galaxy 2 (2010, Wii)
Si el primer Galaxy ya parecía insuperable, la secuela demostró que siempre hay espacio para ir un paso más allá. Nintendo tomó lo mejor del original y lo depuró, ofreciendo niveles más variados, un uso más ingenioso de Yoshi y un ritmo que no dejaba espacio para el aburrimiento. Muchos lo consideran el verdadero “perfeccionamiento” del Mario en 3D. Quizás no tuvo el mismo impacto sorpresa que su predecesor, pero en términos de diseño puro de niveles, es difícil encontrarle rival.
4. Super Mario Odyssey (2017, Switch)
La llegada de la Switch necesitaba un juego que demostrara su potencial, y Mario volvió a ser el elegido. Odyssey recuperó el espíritu de exploración de «Mario 64» y lo llevó a una escala global, con mundos abiertos llenos de secretos, estilos artísticos distintos y una mecánica central que lo cambió todo: la captura con Cappy. De repente, el jugador podía convertirse en un dinosaurio, una farola o un simple Goomba, ampliando la creatividad hasta límites insospechados. Fue también un Mario más emotivo, con guiños a toda la historia de la saga y un cierre que parecía una carta de amor a los fans de varias generaciones.
5. Super Mario World (1990, SNES)
La carta de presentación de la Super Nintendo fue también uno de los mejores juegos de la historia. Su mapa expansivo, lleno de rutas alternativas y secretos, invitaba a la exploración de una manera inédita en la saga. Introdujo a Yoshi, personaje que se volvería inseparable del universo Mario, y refinó los controles hasta alcanzar una fluidez que muchos jugadores todavía consideran insuperable en un plataformas 2D. World no solo era un juego, era un mundo vivo, donde cada partida parecía descubrir algo nuevo.
De “lo mejor” a “lo menos bueno”
6. Super Mario 64 (1996, Nintendo 64)
El salto al 3D fue más que un experimento: fue un manual de instrucciones para toda la industria. Con sus controles analógicos y un castillo lleno de cuadros que servían como portales, «Mario 64» abrió la puerta a una nueva era. Es cierto que sus cámaras han envejecido, pero la sensación de libertad y descubrimiento sigue intacta.
7. Super Mario 3D World (2013, Wii U)
Aunque la Wii U no brilló como consola, dejó joyas como este título. «3D World» combinaba la claridad de los niveles en 2D con la amplitud de los entornos 3D, ofreciendo partidas cooperativas memorables. El traje de gato y sus mecánicas únicas quedaron grabados en la memoria de los jugadores.
8. Super Mario Sunshine (2002, GameCube)
Uno de los Mario más divisivos: para algunos, una obra de culto con atmósfera veraniega inolvidable; para otros, un título frustrante por la dificultad de ciertas misiones. El sistema de F.L.U.D.D. (la mochila de agua) fue innovador, pero también polémico. Aun así, Sunshine representa el espíritu experimental de Nintendo en GameCube.
9. Super Mario 3D Land (2011, 3DS)
Diseñado para demostrar el potencial del efecto 3D en la portátil de Nintendo, ofreció un híbrido compacto entre lo clásico y lo moderno. Fue el Mario perfecto para partidas cortas, con un diseño ajustado al formato portátil y suficiente carisma para ser recordado.
10. Super Mario 3D World + Bowser’s Fury (2021, Switch)
La revisión para Switch del original de Wii U trajo mejoras en jugabilidad y un extra inesperado: «Bowser’s Fury», un experimento semiabierto que anticipaba el futuro de la saga. No es una revolución, pero sí una de las versiones más completas de Mario en la actualidad.
11. New Super Mario Bros. (2006, DS)
El renacer de Mario en 2D tras años de ausencia. Su estética más simple y la apuesta por la nostalgia conquistaron a millones de jugadores. Aunque la fórmula se desgastaría con el tiempo, esta primera entrega fue un auténtico fenómeno en ventas.
12–13. Super Mario Maker (2015, Wii U) y Super Mario Maker 2 (2019, Switch)
Ambos títulos democratizaron el diseño de niveles, poniendo en manos de los jugadores las herramientas para crear su propio Mario. La primera entrega sorprendió por la novedad, y la segunda la perfeccionó, aunque sin revolucionar tanto como se esperaba.
14. New Super Mario Bros. Wii (2009, Wii)
Popularizó el multijugador cooperativo en los juegos 2D de Mario, creando tantos momentos de diversión como de caos entre amigos. Fue uno de los títulos más vendidos de la Wii, y aunque conservador, cumplió con creces su misión.
15. Super Mario Bros. (1985, NES)
El clásico que lo empezó todo. Visto con ojos actuales puede parecer demasiado sencillo, pero su importancia histórica es incalculable: definió el género de plataformas y rescató a la industria del videojuego tras una de sus mayores crisis.
16. New Super Mario Bros. U (2012, Wii U)
La cuarta entrega de la saga “New” fue también la más pulida. Con un diseño de niveles más inspirado y un multijugador sólido, se convirtió en una de las joyas ocultas de Wii U.
17. Super Mario 3D All-Stars (2020, Switch)
Una recopilación celebrada pero criticada por ser demasiado conservadora: trajo «64», «Sunshine» y «Galaxy» a Switch, pero sin mejoras significativas.
18. Super Mario Bros. 2 (1988, NES)
Conocido como el “Mario diferente”, ya que en realidad fue una adaptación de «Doki Doki Panic». Introdujo mecánicas únicas como lanzar objetos y personajes jugables distintos. Extraño pero querido.
19. New Super Mario Bros. U Deluxe (2019, Switch)
Una versión ampliada del título de Wii U. Correcta y accesible, pero sin novedades de peso.
20. Super Mario Land 2: 6 Golden Coins (1992, Game Boy)
Ambicioso para ser portátil, introdujo a Wario como antagonista. Aunque creativo, la consola limitó sus posibilidades.
21. Super Mario Land (1989, Game Boy)
El primer Mario portátil fue más una curiosidad que una revolución. Con niveles cortos y mecánicas extrañas, se recuerda más por la nostalgia que por su calidad.
22. New Super Mario Bros. 2 (2012, 3DS)
Un título centrado en la acumulación de monedas, lo que terminó siendo repetitivo. Correcto, pero sin la chispa de otros.
23. Super Mario Run (2016, Mobile)
El intento de Mario por conquistar los móviles. Fue brillante en lo técnico, pero limitado por su formato “auto-runner”. Muchos lo disfrutaron, pero nadie lo recuerda como un clásico.
24. Super Mario Maker (3DS) (2016)
Una versión recortada de la gran idea de Wii U. Al no incluir funciones online completas, perdió gran parte de la magia.
25. Super Mario Bros.: The Lost Levels (1986, Famicom/NES)
El Mario más polémico. Su dificultad excesiva y diseño castigador lo convirtieron en una experiencia frustrante para la mayoría. Interesante como rareza histórica, pero casi nadie lo recomienda hoy.
Nuevas aventuras, universos paralelos y legado
Super Mario Bros. Wonder (2023, Switch)
El título más reciente de la saga demostró que, incluso tras casi cuatro décadas, Mario todavía puede sorprender. «Wonder» recupera la fórmula clásica del desplazamiento lateral en 2D, pero la lleva a un nuevo nivel con sus “semillas maravilla”, capaces de transformar radicalmente los escenarios. Un nivel puede convertirse en una estampida caótica de tuberías con patas, otro en una carrera a contrarreloj contra un enjambre de enemigos. Este espíritu lúdico y creativo revitalizó la serie “New” y conquistó a crítica y jugadores, consolidándose como uno de los grandes Mario modernos.
Super Mario World 2: Yoshi’s Island (1995, SNES)
Aunque su protagonista es Yoshi y Mario aparece en versión bebé, Nintendo lo incluyó en la serie principal. Su estilo visual, inspirado en dibujos hechos a mano, marcó un antes y un después en el diseño artístico de los videojuegos. Además, introdujo mecánicas completamente nuevas, como lanzar huevos y proteger a Baby Mario. No todos lo colocan en el mismo estante que «World», pero su frescura y creatividad lo convierten en un clásico indiscutible.
El universo paralelo de Mario
Más allá de la saga principal, el fontanero ha protagonizado decenas de spin-offs que ya forman parte de la cultura popular. Mario Kart, con más de 10 entregas, redefinió el género de la conducción arcade y convirtió a la saga en un sinónimo de diversión multijugador. Mario Party se transformó en un ritual social, odiado y amado a partes iguales por sus dados traicioneros. En el terreno narrativo, las series Paper Mario y Mario & Luigi exploraron una faceta más cómica y aventurera, con combates por turnos y un humor autorreferencial. Incluso Luigi y Yoshi consiguieron sus propias sagas derivadas, consolidando a Mario como el epicentro de un universo tan amplio como el de cualquier franquicia cinematográfica.
Cuatro décadas de evolución
La línea temporal de Mario es también la línea temporal de la historia moderna del videojuego:
- Años 80: nacimiento y consolidación del plataformas en 2D.
- Años 90: experimentación y transición hacia el 3D.
- Años 2000: expansión de mecánicas y nuevos estilos de juego.
- Años 2010: exploración de formatos híbridos, mundos abiertos y creatividad de los usuarios.
- Años 2020: regreso a lo esencial con innovación en los detalles.
Hoy, Super Mario no es solo un personaje de videojuegos: es un símbolo de la cultura pop, al nivel de Mickey Mouse o Batman. Ha protagonizado películas, series, juguetes, parques temáticos y todo tipo de colaboraciones. Pero su esencia sigue siendo la misma que en 1985: un héroe sencillo, capaz de divertir sin necesidad de artificios.
Al mirar atrás, la saga nos recuerda cómo cada generación de jugadores ha tenido su “primer Mario”: para unos fue el cartucho gris de NES, para otros el salto al 3D en Nintendo 64, y para los más jóvenes, quizá la colorida odisea en Switch. Lo que une a todos es que Mario siempre estuvo ahí, acompañando etapas vitales, convirtiéndose en el puente perfecto entre pasado y presente.