El fracaso de MindsEye, el ambicioso debut del estudio Build A Rocket Boy, ha derivado en una tormenta mediática digna de un guion de Grand Theft Auto. Su fundador, Leslie Benzies, antiguo productor de Rockstar Games, ha acusado a “saboteadores internos y externos” de haber arruinado el proyecto. Sin embargo, ex-empleados y sindicatos lo desmienten: hablan de caos creativo, gestión autoritaria y jornadas interminables.
El lanzamiento que acabó en desastre
MindsEye se lanzó en junio de 2025 como una aventura de acción cinematográfica con aspiraciones de redefinir el entretenimiento interactivo. Las expectativas eran altísimas: era el primer gran proyecto del creador de GTA V tras abandonar Rockstar. Pero el estreno fue un auténtico colapso: fallos técnicos, bugs masivos y una recepción crítica muy por debajo de lo esperado.
En cuestión de semanas, el estudio tuvo que lanzar varios parches de emergencia y confirmar un proceso de despidos que afectó a decenas de trabajadores. Internamente, el ambiente era de tensión total. Según fuentes recogidas por The Verge y Infobae, Benzies culpó directamente a “saboteadores” que —según él— habían actuado desde dentro del estudio para torpedear el desarrollo.
“Repugnante que alguien pueda sentarse entre nosotros y comportarse así”
Durante una reunión interna filtrada a la prensa, el productor habría dicho que “resulta repugnante que alguien pueda sentarse entre nosotros, comportarse así y seguir trabajando aquí”. El mensaje, según medios británicos, desató una fractura inmediata entre la dirección y buena parte del equipo.
El co-CEO Mark Gerhard también apuntó a una “campaña de desprestigio” en redes y foros, asegurando que algunos usuarios habrían sido pagados para hundir las valoraciones del juego. Ninguna de esas afirmaciones, de momento, se ha respaldado con pruebas.
Los trabajadores lo niegan: “No hubo saboteadores, hubo mala gestión”
El sindicato británico IWGB Game Workers publicó una carta abierta firmada por 93 empleados y ex-empleados de Build A Rocket Boy en la que desmienten la versión de Benzies. En ella describen un entorno laboral “tóxico, desorganizado y marcado por el crunch” y denuncian microgestión constante, reescrituras de guion a última hora y falta total de rumbo creativo.
Varios testimonios anónimos citados por medios especializados aseguran que las decisiones se tomaban “de forma impulsiva” y que el estudio “nunca supo qué tipo de juego quería ser MindsEye”. Otros añaden que los despidos se produjeron de forma repentina, sin comunicación previa ni compensaciones claras.
Caída libre para un sueño millonario
El juego, que había sido promocionado como una experiencia de nueva generación con elementos cinematográficos, acabó convertido en un símbolo del exceso. Su lanzamiento fallido y las posteriores declaraciones han hundido la reputación del estudio y abierto un debate sobre cómo un equipo con tanto talento y financiación pudo colapsar tan rápido.
Desde Build A Rocket Boy aseguran que seguirán “mejorando el título y manteniendo su compromiso con la innovación”, pero el daño parece ya hecho. MindsEye pasará a la historia no por su ambición, sino por el drama detrás de su fracaso.
Lo que se sabe hasta ahora
- MindsEye se lanzó en junio de 2025 y recibió críticas negativas.
- Leslie Benzies acusa a “saboteadores internos y externos” del mal resultado.
- El sindicato IWGB y decenas de empleados lo niegan y denuncian crunch y desorganización.
- El estudio ya ha ejecutado despidos y revisiones internas.
- No hay pruebas públicas que respalden la existencia de “saboteadores”.
Un caso que aún no ha terminado
La polémica sigue abierta. Mientras el estudio intenta salvar su reputación, la comunidad observa con escepticismo cómo un proyecto llamado a competir con los gigantes del sector se ha convertido en un ejemplo de lo que ocurre cuando el talento y el ego se enfrentan dentro del mismo estudio.
