Si creías que ya habías visto todo lo que Pokémon podía ofrecer, espera a que Leyendas Pokémon: Z-A te reviente los esquemas. Olvida (o al menos transforma) los combates por turnos de toda la vida: aquí la acción toma el mando, las estrategias se saltan el paso del “yo pienso, luego ataco” y la ciudad de Luminalia (versión futurista/renovada de Kalos) se convierte en el patio de recreo principal.
No estamos ante un simple “spin-off bonito”, sino ante un pulso con el pasado, una reivindicación de lo que puede y debe evolucionar la franquicia. Críticas ha recibido (y merecidas algunas), pero también aplausos: combate en tiempo real, mecánicas frescas, fases nocturnas intensas… muchas cosas que contar.
Leyendas Pokémon: Z-A
- 📅 Lanzamiento16 de octubre de 2025
- 🖥️ PlataformasNintendo Switch, Nintendo Switch 2
- 🎯 Disponible enNintendo eShop
- 🏭 DesarrolladorGame Freak
- 📢 EditorThe Pokémon Company / Nintendo
- 🌐 Web oficialwww.pokemon.com/es-juegos/leyendas-pokemon-za
Jugabilidad y sistema de combate
La gran novedad de «Leyendas Pokémon: Z-A» está en su ADN jugable. Game Freak ha decidido romper de una vez por todas la barrera entre exploración y combate, apostando por un sistema en tiempo real que combina acción directa con decisiones tácticas. El jugador puede moverse libremente por el campo de batalla, esquivar ataques, lanzar órdenes o ejecutar movimientos especiales de manera instantánea, sin transiciones ni turnos intermedios.
Este nuevo planteamiento hace que cada enfrentamiento se sienta más vivo y estratégico, especialmente en los denominados “Juegos Z-A”, eventos nocturnos en los que los entrenadores compiten bajo reglas cambiantes y condiciones extremas. La tensión es constante y obliga a leer al rival, aprovechar el entorno y medir los tiempos de ejecución.
El control de los Pokémon resulta sorprendentemente fluido, con animaciones más elaboradas y un sistema de “energía Z” que permite desatar habilidades potentes tras acumular acciones precisas. Además, el equilibrio entre tipos se ha reajustado para favorecer la ofensiva sin perder la esencia del clásico “piedra-papel-tijera” de la saga.
Otro punto destacado es la exploración dinámica. Durante el día, el jugador recorre distintos distritos de Ciudad Luminalia —cada uno con sus misiones, Pokémon salvajes y actividades urbanas—, mientras que por la noche el ritmo cambia hacia eventos especiales y desafíos de alto nivel. Esta dualidad día/noche aporta variedad y ritmo, evitando la sensación de rutina que afectaba a entregas anteriores.
En conjunto, el juego logra que el jugador se mantenga activo y comprometido de principio a fin. Ya no basta con pulsar un botón y ver qué pasa: hay que moverse, esquivar, planificar y adaptarse. Y aunque a algunos puristas les costará acostumbrarse al cambio, es innegable que esta mecánica representa uno de los saltos más importantes que Pokémon ha dado en su historia moderna.
Apartado técnico y visual
«Leyendas Pokémon: Z-A» marca un paso adelante en la parte técnica respecto a entregas recientes, aunque no llega a alcanzar el nivel de detalle y ambición de otros grandes títulos de la generación. El salto se nota especialmente en Nintendo Switch 2, donde el juego aprovecha mejor el hardware para ofrecer una iluminación dinámica, sombras más naturales y un rendimiento estable incluso en zonas densamente pobladas.
Ciudad Luminalia, que sirve como núcleo principal de la aventura, es la gran protagonista visual. Sus calles, plazas y zonas elevadas se han rediseñado con un enfoque más vertical y realista, logrando transmitir esa mezcla entre modernidad y nostalgia que define la región de Kalos. De día brilla por su colorido y detalle urbano; de noche, por el ambiente neón y las animaciones que llenan la ciudad de vida.
No obstante, pese a la mejora general, persisten limitaciones técnicas propias del motor del estudio. Algunos escenarios secundarios muestran texturas planas, popping evidente o modelados poco detallados, especialmente en la versión base de Switch. También hay animaciones que todavía arrastran cierta rigidez, lo que contrasta con la fluidez de los combates o las secuencias principales.
El diseño artístico, por su parte, mantiene la identidad de Pokémon pero con un tono más cinematográfico y maduro. Los efectos de partículas, la iluminación en interiores y los contrastes nocturnos dan una sensación de profundidad que la saga no tenía desde hace tiempo. La banda sonora acompaña con nuevos temas inspirados en la electrónica francesa y arreglos de melodías clásicas de X/Y, un detalle que encantará a los fans veteranos.
En definitiva, Z-A es el Pokémon más ambicioso visualmente hasta la fecha, aunque no el más pulido. Game Freak ha dado un salto importante en rendimiento y ambientación, pero aún queda camino por recorrer para situarse al nivel técnico que exigen los estándares actuales. Aun así, la atmósfera que logra crear —entre futurista y melancólica— compensa en gran parte sus limitaciones.
Historia y ambientación
La narrativa de «Leyendas Pokémon: Z-A» da un salto notable respecto a entregas anteriores. Game Freak apuesta por una trama más estructurada y con mayor peso emocional, ambientada en una Ciudad Luminalia reconstruida tras los eventos de «Pokémon X/Y». Lejos de la típica aventura lineal con medallas y gimnasios, aquí nos encontramos con un argumento centrado en la reconstrucción urbana y social de Kalos, bajo un contexto de tensiones políticas y luchas de poder en torno al uso de la energía Z.
El protagonista (personalizable desde el inicio) se ve envuelto en una red de conspiraciones, experimentos y rivalidades entre facciones que buscan controlar esta energía, dando lugar a una historia más madura y reflexiva que la media de la saga. No faltan los guiños a personajes clásicos —como Lysandre, la familia Sycamore o el propio Team Flare—, integrados con naturalidad y sin depender en exceso de la nostalgia.
La estructura de misiones combina eventos principales con encargos secundarios que amplían la historia de la ciudad y sus habitantes. Estas tareas, aunque no siempre igual de inspiradas, ayudan a reforzar la sensación de estar en un mundo más vivo y conectado, donde cada distrito tiene su propia identidad: barrios residenciales con tradiciones antiguas, zonas tecnológicas hiperiluminadas o distritos industriales en proceso de renovación.
La ambientación se beneficia enormemente de esta dualidad entre pasado y futuro. Luminalia ya no es solo un escenario bonito, sino un personaje más dentro de la historia. Los temas de progreso, ecología y control del poder se tratan con una sorprendente madurez para un título de Pokémon, y aunque el ritmo narrativo decae en su tramo central, los momentos clave logran mantener el interés hasta el desenlace.
En conjunto, «Leyendas Pokémon: Z-A» ofrece una narrativa más coherente y mejor contada, con un mundo que se siente relevante y con propósito. Puede que no alcance el nivel de profundidad de un RPG tradicional, pero por fin consigue que la historia tenga un peso real en la experiencia global, algo que la saga llevaba años necesitando.
Ritmo, progreso y diseño del mundo
Uno de los mayores logros de «Leyendas Pokémon: Z-A» está en cómo gestiona el ritmo de progresión. Game Freak ha aprendido de los errores de Arceus y de los excesos de Escarlata y Púrpura, ofreciendo ahora un avance más estructurado pero no restrictivo. El jugador tiene libertad para explorar, pero siempre con objetivos claros y bien integrados en la narrativa.
La exploración de Ciudad Luminalia se articula en torno a distritos temáticos interconectados, cada uno con sus propios ecosistemas, secretos y estilos de misión. El diseño urbano, aunque no es de mundo completamente abierto, da sensación de amplitud y permite volver a zonas anteriores con nuevas habilidades o equipamiento, al más puro estilo metroidvania ligero.
El equilibrio entre misiones principales y secundarias también está mejor ajustado. Hay encargos que amplían la historia o desbloquean mejoras útiles, y otros más ligeros que invitan a conocer a los habitantes y sus Pokémon. No todos están igual de inspirados —algunos se reducen a recados básicos—, pero en conjunto aportan una sensación de continuidad y vida al entorno.
En cuanto a la dificultad, el juego plantea un reto más notable que otras entregas. Los combates requieren atención y reflejos, los jefes castigan los errores y los eventos de los “Juegos Z-A” ponen a prueba la capacidad de adaptación del jugador. No es un título pensado para principiantes absolutos, pero los veteranos encontrarán un equilibrio estimulante entre estrategia y acción.
Z-A consigue algo que Pokémon llevaba tiempo persiguiendo: que cada hora de juego tenga un propósito y que la sensación de progreso no dependa solo de subir de nivel, sino de mejorar como entrenador dentro de un sistema más exigente y gratificante.
Sonido, música y atmósfera
En el plano sonoro, «Leyendas Pokémon: Z-A» brilla con luz propia. La banda sonora, compuesta por Hitomi Sato y Go Ichinose junto a nuevos colaboradores, combina melodías clásicas de Kalos con influencias electrónicas y ambientales que reflejan el tono futurista de Luminalia.
Los temas nocturnos de los “Juegos Z-A” son particularmente memorables: percusiones intensas, sintetizadores brillantes y un ritmo que acompaña perfectamente la tensión de los combates en tiempo real. En contraste, las piezas diurnas son más suaves y melódicas, transmitiendo calma mientras se explora la ciudad.
El diseño de sonido ambiental también ha mejorado: se escuchan pasos sobre distintos tipos de superficie, murmullos urbanos, ruidos mecánicos en zonas industriales o el canto lejano de Pokémon salvajes. Todo ello crea una atmósfera envolvente que refuerza la inmersión.
Sin embargo, sigue sin haber doblaje de voces, una ausencia que muchos jugadores lamentan. Aunque los textos están bien traducidos y el ritmo de diálogo es fluido, la falta de interpretación vocal resta fuerza a las cinemáticas más importantes.
En conjunto, el apartado sonoro de Z-A logra ser emocional, coherente y muy bien integrado, aportando identidad y profundidad a la experiencia, incluso sin alcanzar el nivel de ambición de las grandes producciones del género.