En un panorama donde Linux sigue buscando abrirse paso en el terreno del gaming, aparece una propuesta muy particular: Kazeta OS. Este nuevo sistema, creado por Alesh Slovak —desarrollador también de ChimeraOS—, busca recuperar la esencia de las consolas de los años noventa. La idea es sencilla y potente al mismo tiempo: encender el equipo, insertar un cartucho y comenzar a jugar de inmediato, sin cuentas, sin menús interminables y sin conexión a servidores externos.
Cómo funciona el sistema
El corazón de Kazeta está en el concepto de cartucho. Cualquier juego que no tenga DRM, ya sea un clásico de GOG, un título independiente de itch.io o incluso una ROM preparada para emuladores, puede convertirse en un cartucho físico gracias a una tarjeta SD. El usuario descarga una plantilla, prepara la tarjeta con los archivos correspondientes y la convierte en un cartucho de juego. Una vez insertada en el PC donde corre Kazeta OS, basta encender la máquina para que el sistema arranque directamente el título.
El proceso de instalación requiere un poco de trabajo inicial. Hay que descargar la imagen ISO de unos 2,5 GB, instalarla en un ordenador destinado únicamente al juego y configurar los primeros cartuchos. Una vez superada esta fase, la experiencia es tan inmediata como la de cualquier consola clásica: cartucho dentro, botón de encendido y el juego en pantalla. Si no se inserta ningún cartucho al arrancar, aparece un menú de estilo retro que permite gestionar las partidas guardadas, almacenadas siempre en el disco del PC, mientras que los cartuchos permanecen en modo de solo lectura.
Una filosofía basada en la simplicidad
El propio Slovak ha explicado que Kazeta nace como respuesta a la creciente complejidad del ecosistema actual. Para muchos jugadores, la experiencia en sistemas como ChimeraOS o SteamOS resulta demasiado técnica y llena de menús. A eso se suma la dependencia de tiendas digitales, cuentas de usuario y suscripciones, que terminan convirtiendo lo que antes era un gesto simple —jugar— en un proceso con múltiples pasos intermedios.
Kazeta busca devolver esa sensación de inmediatez que ofrecían las consolas de los noventa, al mismo tiempo que apela a la nostalgia de quienes disfrutaban coleccionando cartuchos o discos físicos. Convertir un juego en un objeto tangible, aunque sea en forma de tarjeta SD, recupera parte de esa relación material que se ha ido perdiendo en la era de lo digital. Además, el sistema permite preservar colecciones personales de una manera más controlada, sin depender de que un servicio online mantenga el juego disponible.
Limitaciones y estado actual
Como todo proyecto joven, Kazeta también tiene sus límites. No soporta, por ahora, configuraciones de arranque dual, máquinas virtuales o sistemas con varias pantallas. Tampoco ofrece compatibilidad plena con tarjetas gráficas híbridas ni con mandos Bluetooth. Estas carencias no ocultan, sin embargo, el potencial del sistema para convertirse en una alternativa de nicho dentro del gaming en PC.
Lo importante es que, una vez instalado, el sistema cumple con lo que promete: una experiencia de consola en pleno siglo XXI, con la ventaja de poder correr juegos actuales y clásicos sin depender de DRM ni de plataformas de distribución digital.
Una experiencia entre la nostalgia y la modernidad
Kazeta OS no pretende competir con Steam Deck, con Windows ni con las grandes plataformas. Se sitúa en otro terreno, uno mucho más concreto: el de los jugadores que buscan revivir la sencillez de las consolas clásicas y que valoran la idea de conservar su biblioteca en un formato físico propio. Para quienes encajan en ese perfil, la propuesta puede resultar tan atractiva como práctica.
Más allá de sus limitaciones técnicas, lo cierto es que Kazeta abre un debate interesante: ¿tiene sentido volver a una forma de jugar más directa y menos dependiente del ecosistema digital actual? Quizá la respuesta no sea universal, pero el simple hecho de que exista esta opción demuestra que la nostalgia, bien aplicada, todavía tiene mucho que aportar al presente del gaming.


