Tras una larga espera, «Hollow Knight: Silksong» se ha convertido en uno de los lanzamientos más comentados de 2025. La secuela del exitoso Hollow Knight regresa con un planteamiento que apuesta por ampliar el universo, introducir una nueva protagonista y subir la apuesta en todos los frentes.
Un reino nuevo que invita a perderse
La acción se traslada a Pharloom, un territorio desconocido que mantiene la atmósfera oscura y misteriosa, pero con un diseño más vertical e interconectado que Hallownest. Cada zona ofrece un estilo visual único, con enemigos y biomas que refuerzan la sensación de descubrimiento constante.
Explorar Pharloom se siente más exigente que en el juego original: los caminos esconden rutas alternativas, secretos que recompensan la curiosidad y atajos que solo se descubren tras dominar nuevas habilidades. Es un mapa que pide atención y paciencia, y que sabe sorprender con su escala y variedad.
Hornet: una protagonista más ágil y expresiva
El cambio de protagonista marca una diferencia clave. Hornet es rápida, con un repertorio de movimientos que permite combates más dinámicos y se adapta a un estilo de juego agresivo. Sus ataques diagonales, el salto extendido y la movilidad aérea transforman la forma de enfrentarse a enemigos y jefes.
Además, Hornet es un personaje más comunicativo, con voz y gestos que enriquecen la narrativa. Esto hace que la historia gane densidad, al mismo tiempo que se refuerza el vínculo con los personajes secundarios y el propio mundo de Pharloom.
Dificultad: entre el reto y la frustración
Silksong eleva la dificultad respecto a su predecesor. Los combates contra jefes demandan estudio de patrones y reflejos afinados, mientras que los enemigos comunes castigan los descuidos con dureza.
Un detalle que ha generado debate es la distribución de los puntos de guardado (“bancos”). En ocasiones se sitúan lejos de zonas complicadas, lo que obliga a repetir trayectos completos tras una derrota. Para algunos, esto potencia la tensión y la sensación de logro; para otros, se convierte en una fuente de frustración.
Aun así, el juego ofrece herramientas para personalizar el combate y afrontar los desafíos con distintos estilos, lo que equilibra parcialmente esa exigencia.
Arte y música: una identidad inconfundible
El apartado artístico es uno de los puntos más destacados. Cada escenario está diseñado con un nivel de detalle que convierte cada zona en un lienzo vivo. Pharloom transmite melancolía y belleza en cada rincón, y se diferencia de Hallownest sin perder coherencia con el universo original.
La banda sonora de Christopher Larkin vuelve a ser parte esencial de la experiencia. Con coros épicos, melodías íntimas y silencios calculados, la música acompaña a la perfección la atmósfera y refuerza cada momento de tensión o calma.
Narrativa más accesible y rica
A diferencia del minimalismo del primer juego, Silksong apuesta por un enfoque narrativo más accesible. Hornet interactúa con numerosos personajes, lo que aporta capas de contexto y matices emocionales.
Aunque no es necesario haber jugado Hollow Knight para seguir la historia, quienes conozcan el título original disfrutarán de conexiones y referencias que enriquecen la experiencia.
Un título ambicioso y esperado
Silksong no se limita a repetir la fórmula: amplía las mecánicas, eleva la dificultad y da protagonismo a un personaje carismático. A esto se suma un apartado audiovisual cuidado y una narrativa más explícita, lo que hace que el juego destaque entre los lanzamientos más ambiciosos del año.