Crystal Dynamics vuelve a encender las alarmas. El estudio responsable de Tomb Raider ha confirmado una nueva reestructuración interna que se salda con la salida de cerca de 30 empleados. Es la tercera ronda de despidos en lo que va de año, una tendencia que ya empieza a preocupar incluso dentro de una industria que lleva meses atrapada en una espiral de recortes.
Según el comunicado oficial, esta decisión pretende “optimizar la estructura del estudio” y garantizar el desarrollo del próximo Tomb Raider, además de preparar el terreno para futuros proyectos. El mensaje, eso sí, mantiene el tono habitual: agradecimientos, reconocimiento del talento perdido y promesas de apoyo a quienes abandonan el equipo.
Un 2025 complicado para Crystal Dynamics
Aunque esta nueva ola afecta a unas 30 personas de distintos departamentos, no llega sola.
En marzo el estudio ya se desprendió de 17 trabajadores para “adaptarse mejor a las necesidades comerciales”. En agosto llegó otra tanda —esta vez sin cifras oficiales— justificada por “la evolución de las condiciones empresariales”.
A todo esto se suma un golpe especialmente duro: la cancelación del reboot de Perfect Dark por parte de Microsoft, un proyecto que Crystal Dynamics desarrollaba junto al ya difunto estudio The Initiative. La pérdida de ese contrato dejó al estudio en una posición más frágil de lo que aparentaba.
El patrón, por desgracia, es cada vez más común: proyectos que se desinflan, alianzas que se rompen, costes que se disparan y una industria en plena contracción. Y aunque Crystal Dynamics asegura que esta reorganización les permitirá “centrarse en la próxima generación”, la sensación general entre jugadores y profesionales es más amarga que optimista.
¿Qué significa esto para el próximo Tomb Raider?
Oficialmente, los despidos son un movimiento para reforzar la producción del nuevo Tomb Raider.
Pero en la práctica, cada recorte en un estudio de gran tamaño suele implicar lo mismo: tiempos más ajustados, presión adicional para los equipos que se quedan y un desarrollo más volátil.
Crystal Dynamics mantiene el mensaje: el juego sigue en marcha y estas decisiones buscan “optimizar recursos”. Sin embargo, con la industria acumulando miles de despidos en menos de dos años, la inquietud es inevitable.
Lo que está claro es que el próximo Tomb Raider llega envuelto en un contexto difícil, con un estudio que intenta mantenerse a flote mientras ajusta su estructura una y otra vez. Veremos si esta tercera reestructuración ayuda realmente a acelerar el proyecto… o si simplemente es otro síntoma del problema general del sector.

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