Brasil ha aprobado una ley que prohibirá las cajas de loot en videojuegos dirigidos a menores de 18 años a partir de marzo de 2026. La norma, firmada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, forma parte de un paquete legislativo más amplio de protección digital con el objetivo de reforzar la seguridad de niños y adolescentes frente a abusos y explotación en línea.
El texto dedica un apartado específico al ámbito de los videojuegos. En él se establece que ningún título con clasificación inferior a +18 podrá ofrecer recompensas aleatorias a un público infantil o adolescente. También se incluyen disposiciones relacionadas con la interacción online, exigiendo a los juegos con chat de texto, audio o vídeo que dispongan de sistemas de denuncia, información clara sobre el seguimiento de estas quejas y herramientas para revisar posibles sanciones.
Con esta decisión, Brasil se convierte en uno de los principales mercados internacionales en legislar de manera estricta contra un modelo que muchos críticos consideran una forma encubierta de apuestas. El debate en torno a las loot boxes lleva años presente a nivel global: Bélgica las declaró ilegales en 2018, aunque con una aplicación irregular; en Países Bajos se llegó a plantear una prohibición que finalmente no prosperó; y en Reino Unido se han limitado a imponer sanciones relacionadas con la publicidad, sin llegar a un veto total.
España también se encuentra en un proceso legislativo en esa dirección. El año pasado se presentó un anteproyecto de ley que incluye la prohibición de que los menores accedan a mecanismos aleatorios de recompensa en los videojuegos. Este mes, el Congreso dio luz verde a su tramitación, quedando pendiente su aprobación final en el Parlamento.
El caso de Brasil marca un precedente relevante en la región y refuerza la discusión internacional sobre los límites entre monetización en videojuegos y protección del consumidor, especialmente cuando se trata de jugadores más jóvenes.