Apple ha dado un paso importante para proteger la privacidad de quienes usan sus dispositivos al actualizar las normas de revisión de aplicaciones. A partir de noviembre de 2025, todas las aplicaciones tendrán que informar y pedir el consentimiento expreso antes de compartir cualquier dato personal con sistemas de inteligencia artificial (IA) de terceros. Con esta medida, la compañía responde a la preocupación creciente por la privacidad, en un momento en el que la IA está cada vez más presente en nuestras vidas.
Cambios para los desarrolladores
Con esta actualización, Apple exigirá a los desarrolladores que sean claros y transparentes en cuanto al uso que hacen de los datos personales. Tendrán que especificar qué información se comparte, con quién y con qué fin. Así, las personas usuarias podrán tener un mayor control sobre su información, algo que se está pidiendo cada vez más en el sector tecnológico.
No cumplir con estas reglas puede tener consecuencias graves: desde el rechazo de la aplicación durante la revisión hasta, incluso, su retirada de la App Store. Esta normativa afecta tanto a las aplicaciones nuevas como a las que se actualicen, de modo que también las apps ya existentes tendrán que adaptarse a estos requisitos. Se incluyen, además, aquellas que usan SDKs, servicios de análisis o redes publicitarias de terceros.
Contexto legal y tendencias del sector
El cambio en las directrices de Apple está en línea con el mayor control regulatorio que se está viendo a nivel mundial, especialmente en la Unión Europea, donde se están poniendo en marcha leyes como el Reglamento de Mercados Digitales. Aunque estas reglas de Apple se aplican en todos los mercados, la presión para proteger los datos de los consumidores viene sobre todo de la legislación europea.
Este movimiento de Apple puede considerarse también una forma de reforzar su imagen como empresa comprometida con la privacidad, en contraposición a otras plataformas donde la gestión de datos es menos transparente. Es posible que esta tendencia acabe influyendo en más empresas del sector tecnológico, ya que la protección de los datos personales preocupa cada vez a más usuarios.
Qué supone para aplicaciones y desarrolladores
Las nuevas normas ya se aplican a todas las aplicaciones que se desarrollen a partir de su publicación. Los desarrolladores tendrán que poner en marcha sistemas de permisos claros para el uso de datos, asegurándose de que las personas estén bien informadas antes de dar su consentimiento. Aunque no habrá que abonar ninguna tarifa extra, sí será necesario realizar actualizaciones técnicas en las apps para adaptarse a estos nuevos requisitos.
Aun así, hay cuestiones que siguen sin aclararse por completo. Por ejemplo, no se sabe todavía si esta normativa afectará también a aplicaciones internas de empresas que se distribuyan fuera de la App Store. Tampoco se han dado detalles sobre cómo se comprobará el cumplimiento ni si habrá excepciones, por ejemplo, en el caso de que los datos se traten de forma anónima o localmente.
La apuesta de Apple por un control más estricto sobre el consentimiento nos lleva a reflexionar sobre el papel de la privacidad en la era digital. Todo indica que la preocupación por el uso de los datos va a seguir creciendo, y Apple quiere posicionarse como un referente en la protección de la información personal.
Como resumen, Apple obligará a los desarrolladores a informar y conseguir el consentimiento de los usuarios antes de compartir datos personales con sistemas de inteligencia artificial gestionados por terceros. Todos estos cambios ponen de manifiesto la importancia de ser más transparentes en el uso de las nuevas tecnologías y de dar al usuario el control sobre sus propios datos.



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