OpenAI ha anunciado un nuevo acuerdo con Amazon Web Services (AWS) valorado en 38.000 millones de dólares, que le permitirá utilizar la infraestructura de computación en la nube de la compañía de Jeff Bezos para ejecutar y escalar sus modelos de inteligencia artificial. Se trata del primer gran movimiento tras su reciente pacto con Microsoft, que le otorga mayor libertad a la hora de elegir socios tecnológicos.
Según el comunicado, OpenAI podrá acceder desde hoy mismo a cientos de miles de GPU Nvidia (modelos GB200 y GB300) dentro de la red de centros de datos de AWS. La primera fase de la alianza contempla el uso de instalaciones ya existentes, cuyos clústeres pueden superar los 500.000 chips, mientras que Amazon planea construir nueva infraestructura dedicada a las necesidades de OpenAI en los próximos años. Tras hacerse pública la noticia, las acciones de Amazon subieron más de un 4 %.
Una apuesta estratégica en la carrera por la inteligencia artificial
Este acuerdo refuerza el posicionamiento de OpenAI en el mercado de la IA avanzada y diversifica su acceso a recursos computacionales, algo esencial ante la creciente demanda global de potencia para entrenar modelos de lenguaje y visión. En los últimos meses, la empresa dirigida por Sam Altman ha cerrado contratos por valor de 1,4 billones de dólares con empresas como Nvidia, Broadcom, Oracle o Google, consolidando su red de socios tecnológicos.
El pacto también marca un nuevo capítulo en la relación de OpenAI con Microsoft. Aunque la compañía de Redmond sigue siendo su principal accionista (con un 27 % de participación) y proveedora de servicios —por valor de 250.000 millones de dólares a través de Azure—, el acuerdo con Amazon demuestra una voluntad de independencia y podría allanar el camino hacia una futura salida a bolsa.
La nube como motor de la inteligencia artificial general
El movimiento refleja un objetivo mayor: acelerar el desarrollo de la inteligencia artificial general (IAG), el concepto que describe un sistema capaz de igualar o superar la cognición humana. Este horizonte, aún teórico para muchos expertos, es visto por OpenAI como una meta inevitable. El contrato con Microsoft incluye cláusulas específicas sobre los derechos de investigación en caso de alcanzar ese punto.
La jornada también ha estado marcada por otros acuerdos multimillonarios en el sector. Microsoft firmó un contrato de 9.700 millones de dólares con la australiana Iren para el uso de sus centros de datos, mientras que Amazon cerró otro pacto de 5.500 millones de dólares con Cipher Mining para garantizar 300 megavatios de capacidad energética destinada a cargas de trabajo de IA.
La batalla por el poder de cómputo continúa, y OpenAI acaba de mover ficha de forma contundente.

