Durante el día de hoy, se produjo un fallo global en la infraestructura de Microsoft Azure que provocó interrupciones masivas en varios servicios esenciales en todo el mundo. Este incidente, que se conoció como el “miércoles negro”, puso de manifiesto hasta qué punto empresas y usuarios dependen de las plataformas en la nube. El problema afectó a personas de diferentes continentes a partir de las 16:00 (hora UTC).
¿Qué causó el colapso?
El origen del fallo fue un error crítico en Azure Front Door, la herramienta que gestiona el tráfico de las aplicaciones en la nube. Esto provocó bloqueos en muchos servicios que utilizan esta plataforma, dejando fuera de servicio aplicaciones importantes. Entre los afectados se encontraban Microsoft 365 (que incluye Office, Outlook y Teams), Xbox (incluyendo Game Pass y la tienda digital), y juegos como Minecraft.
¿Cómo sucedió todo?
Los primeros síntomas se notaron pronto: los usuarios empezaron a reportar problemas de acceso y lentitud nada más iniciarse la incidencia. Plataformas como DownDetector reflejaron enseguida un aumento muy elevado en los avisos de fallos. Microsoft reconoció el incidente en sus canales oficiales y aconsejó intentar acceder a Azure a través de alternativas como PowerShell o CLI mientras arreglaban el problema.
A las 18:55, hora peninsular española, Microsoft anunció que estaba comenzando a restaurar el servicio regresando a configuraciones anteriores. Esperaban que la recuperación tardase unos 30 minutos, aunque advirtieron que no podían asegurar la vuelta total a la normalidad de inmediato.
¿A quién afectó?
Las consecuencias del fallo fueron amplias. No solo perjudicó a servicios propios de Microsoft, como OneDrive y Teams, sino también a aplicaciones de terceros que dependen de Azure. El problema tuvo un efecto dominó, interrumpiendo el trabajo en muchas empresas, el acceso a plataformas de entretenimiento y mucho más. En definitiva, puso en duda la solidez de las infraestructuras en la nube frente a este tipo de incidentes técnicos.
Investigación en curso
De momento, no se han confirmado los motivos exactos del incidente ni si se han producido pérdidas de datos o brechas de seguridad. Microsoft continúa investigando y ha prometido actualizar la información cada hora hasta que el asunto quede completamente resuelto. En su cuenta oficial de Microsoft 365 Status señalaron: “Estamos investigando reportes de fallos de acceso a servicios Microsoft 365 y al centro de administración”.
Todo esto ha ocurrido solo unos días después de una gran caída en Amazon Web Services (AWS), lo que no hace más que subrayar la enorme dependencia global de las grandes plataformas de servicios en la nube.
En resumen, lo ocurrido el 29 de octubre demuestra la importancia de que la infraestructura tecnológica sea lo más resistente posible y muestra el impacto real que puede tener un fallo en partes críticas, como los sistemas DNS o la gestión del tráfico de red. Todavía se espera la recuperación total y la aclaración de los detalles técnicos, algo que sigue siendo una prioridad tanto para los usuarios como para las organizaciones afectadas.
