Vince Zampella no se ha mordido la lengua. El actual responsable de Battlefield ha decidido revivir una de las historias más míticas (y tensas) del mundo shooter: cómo nació Call of Duty tras una ruptura con Electronic Arts… y cómo todo empezó porque, según él, en EA “eran unos idiotas”.
La ruptura que cambió los shooters para siempre
En una entrevista con GQ, Zampella recordó sus días en el estudio 2015 Inc., donde trabajó en Medal of Honor: Allied Assault. El juego fue un éxito, pero las condiciones con EA no convencían a nadie. Harto de las decisiones de la compañía, parte del equipo —incluidos Grant Collier, Jason West y el propio Zampella— decidió largarse y fundar Infinity Ward.
El objetivo estaba claro: crear un nuevo shooter que superara a Medal of Honor. El proyecto se conocía internamente como MOH Killer, y vaya si hizo honor a su nombre: aquel juego acabaría convirtiéndose en Call of Duty, una saga que terminaría dominando el género durante dos décadas.
“La única razón por la que existe Call of Duty es porque en EA eran unos idiotas”, soltó Zampella sin tapujos.
El karma gamer existe (y lleva uniforme militar)
La historia tiene un giro de guion digno de una campaña de Battlefield: tras el éxito de Call of Duty: Modern Warfare 2, Zampella y Jason West rompieron con Activision en malos términos. De esa ruptura nació Respawn Entertainment, el estudio detrás de Titanfall, Apex Legends y Star Wars Jedi.
¿Y quién compró Respawn años después? Exacto: Electronic Arts.
Así que sí, el tipo que se fue de EA llamándolos idiotas… ahora trabaja para ellos. Y no solo eso: dirige la franquicia rival de Call of Duty. El círculo se ha cerrado con precisión táctica.
Nostalgia, tiros y marketing
En la entrevista, Zampella también habló de cómo la campaña de Battlefield 6 busca recuperar la magia de los grandes lanzamientos, cuando cada nuevo Call of Duty era un evento que incluso se colaba en series como The Office o Padre de Familia.
“Cuando estás viendo una serie cualquiera y mencionan Call of Duty, te golpea por sorpresa”, comenta. Y razón no le falta: el género FPS lleva años viviendo entre la nostalgia y la batalla constante por ver quién domina el campo.