El jefe de ChatGPT cambia nuestra forma de usar la tecnología
Nick Turley, responsable de ChatGPT, ha compartido recientemente su visión sobre el futuro de la plataforma. Para él, ChatGPT no es solo una herramienta más, sino que aspira a convertirse en una especie de sistema operativo. Lo entiende como una capa donde se pueden integrar herramientas de terceros dentro de las propias conversaciones. Esta idea supone un cambio importante en la manera en la que nos relacionamos con la inteligencia artificial, usando su potencial para que el software sea más accesible y útil.
El crecimiento de ChatGPT
Desde que salió al mercado, ChatGPT ha tenido un éxito impresionante, llegando a sumar entre 700 y 800 millones de usuarios activos cada semana. Esto equivale a casi un 10% de la población mundial, lo que muestra hasta qué punto la plataforma se ha metido en la rutina de muchas personas. Este crecimiento deja claro lo relevante que es la inteligencia artificial en el mundo digital actual y anticipa un futuro donde las aplicaciones puedan comunicarse de forma más natural con los usuarios.
Hacia una experiencia más integrada en Internet
OpenAI está trabajando en un modelo que se parezca más a un navegador, donde sea posible invocar y utilizar aplicaciones en mitad de una conversación. Este planteamiento puede cambiar la forma en la que interactuamos no solo con ChatGPT, sino también con otras herramientas que usamos a diario. Si se consigue que las aplicaciones se integren en los propios diálogos, ya no será necesario detener la conversación para abrir distintos programas, lo que hará todo mucho más fluido.
Expansión internacional y nuevo modelo de suscripción
Con la intención de llegar a más personas, OpenAI está planteándose ampliar ChatGPT a 16 nuevos países en Asia. De momento, no hay detalles concretos sobre cómo se llevará a cabo esta expansión. En cuanto a la suscripción, el precio mensual se ha fijado en 20 dólares, una cifra decidida tras preguntar en Discord cuánto estaría dispuesta a pagar la gente. Así, OpenAI marca claramente su estrategia para sacar rendimiento económico, pero sin dejar de facilitar el acceso a su plataforma.
Privacidad y clasificación de aplicaciones
Desde el principio, OpenAI ha tenido en cuenta la privacidad de los usuarios, diseñando ChatGPT para que las interacciones sean seguras y responsables. También están desarrollando sistemas para monetizar y clasificar las aplicaciones dentro de la plataforma. Esto no solo ayuda a los usuarios a encontrar lo que realmente les interesa, sino que también incentiva a los desarrolladores a crear nuevas aplicaciones que encajen en este nuevo ecosistema centrado en la conversación.
Detrás de todo esto está el objetivo de Turley de que la tecnología tenga un impacto real en la vida de las personas. Tal y como él mismo explica: “La distribución no es un subproducto de la comercialización, sino la forma en la que se logra el impacto real”. Esta frase refleja una visión meditada sobre cómo la tecnología puede influir en la sociedad.
Por ahora, no se ha confirmado una fecha concreta para que ChatGPT se convierta en un sistema operativo completo. Eso sí, los avances de OpenAI apuntan a que ese momento no está muy lejos, lo que abriría una nueva etapa en la relación entre la inteligencia artificial y los usuarios.
En resumen, bajo la dirección de Nick Turley, ChatGPT está dejando de ser solo una herramienta para convertirse en una plataforma mucho más completa, donde tecnología y experiencia de usuario se dan la mano. El próximo paso de ChatGPT podría suponer una auténtica revolución en la forma en la que nos relacionamos con la tecnología, haciéndola más accesible para todos.