La saga de fútbol de EA vive un momento decisivo. Desde que se rompió la histórica relación con FIFA, la pregunta siempre ha sido la misma: ¿cambiará algo más allá del nombre? FC 25 dejó la sensación de ser un curso de transición, con mejoras discretas y muchas dudas sobre hacia dónde iba realmente el proyecto. Con EA Sports FC 26, la compañía intenta dar un paso más firme, presentando un juego que no busca reinventar el fútbol virtual, pero sí darle una identidad más clara.
El nuevo título llega con promesas importantes: una jugabilidad dividida en dos estilos muy distintos, un Modo Carrera más profundo y pulido, y la eterna apuesta por Ultimate Team, que continúa siendo el motor económico y el centro de debate en la comunidad. FC 26 no es una revolución, pero se siente como un examen serio para demostrar si EA puede sostener una franquicia de fútbol sin depender del nombre que la acompañó durante tres décadas.
Dos modos de juego: Authentic y Competitive
La gran novedad de este año es la introducción de dos formas de entender el fútbol dentro de un mismo título. Authentic apuesta por un estilo más realista y pausado. Aquí el ritmo de los partidos es más cercano al que vemos en un estadio: posesiones largas, mayor peso táctico y un tiempo de reacción que obliga a pensar las jugadas con calma. Es un modo que premia la estrategia y puede resultar muy gratificante para quienes disfrutan del detalle y la simulación.
En el extremo opuesto está Competitive, pensado para quienes buscan dinamismo, rapidez y adrenalina. Los encuentros son más directos, las transiciones ofensivas se multiplican y la respuesta a los mandos es inmediata. Es la opción natural para el online y, sobre todo, para Ultimate Team, donde la velocidad y la agilidad marcan la diferencia.
La existencia de estos dos estilos no solo ofrece variedad, también aporta identidad a la franquicia. Después de años de críticas por una jugabilidad que parecía no contentar a nadie, EA ofrece ahora un camino doble que permite al jugador decidir cómo quiere vivir el partido: si como una simulación táctica o como un arcade competitivo.
Gameplay y mejoras jugables
En lo puramente jugable, FC 26 se siente más sólido que su predecesor. No hay una revolución ni un cambio de motor espectacular, pero sí un conjunto de ajustes que hacen que los partidos resulten más creíbles y menos frustrantes. La defensa es un buen ejemplo: los choques son más claros y las entradas tienen un peso real, evitando esa sensación de lotería que durante años acompañó a la saga.
Los porteros también han recibido un tratamiento más coherente. No desaparecen del todo las jugadas extrañas, pero en general paran lo que deberían y reaccionan con mayor naturalidad. Los pases, por su parte, tienen ahora un “peso” más evidente: un balón corto, uno en profundidad o un cambio de juego se perciben distintos, algo que aporta ritmo y variedad al juego de ataque.
Una de las grandes sorpresas es la recuperación de los centros y los remates de cabeza como recurso válido. Después de varias ediciones donde apenas tenían impacto, vuelven a ser una herramienta real para generar ocasiones. El balón en sí se siente menos “pinball” y más sujeto a físicas creíbles, lo que ayuda a dar consistencia al conjunto.
El resultado es un fútbol que no cambia radicalmente la experiencia, pero que transmite una mayor coherencia. Jugar un partido en FC 26 deja menos espacio a la frustración y más a la sensación de control, algo que la comunidad llevaba tiempo reclamando.
El Modo Carrera: la experiencia más completa en años
Si hay un apartado donde FC 26 sorprende para bien, es en el Modo Carrera. EA ha intentado que la temporada no se sienta como un calendario vacío de partidos, sino como un proceso vivo, lleno de pequeños giros que obligan a tomar decisiones. Ahora aparecen objetivos que cambian sobre la marcha, eventos inesperados y situaciones que ponen a prueba la gestión tanto en el banquillo como en los despachos.
La moral de los jugadores también tiene más peso y se refleja en su rendimiento. Un futbolista motivado rinde mejor, mientras que uno descontento puede convertirse en un problema. Esta dinámica aporta una capa de realismo que enriquece la experiencia y hace que el usuario se implique más en el día a día del club.
El mercado de fichajes sigue sin llegar al nivel de una simulación profunda, pero al menos transmite más credibilidad que en años anteriores. Las negociaciones, las cesiones y la evolución de los jugadores generan la sensación de estar dirigiendo un equipo con identidad propia y no solo gestionando números en una hoja de cálculo.
No llega a los niveles de detalle de un Football Manager, pero se nota un esfuerzo claro por acercar la experiencia a una simulación atractiva. Para quienes disfrutan de llevar las riendas de un club más allá del césped, el Modo Carrera en FC 26 puede ser la mejor excusa para pasar decenas de horas frente a la pantalla.
Ultimate Team: entre la adicción y la frustración
Hablar de FC 26 sin mencionar Ultimate Team es imposible, porque sigue siendo el corazón del juego y la principal fuente de ingresos de EA. Y aquí es donde se encuentra la eterna contradicción: es uno de los modos más completos y adictivos, pero también el que más críticas despierta por su modelo económico.
En lo jugable, FUT se beneficia de los ajustes en el gameplay y de la agilidad del modo Competitive. Los partidos son rápidos, intensos y con margen para la sorpresa. Además, se han introducido nuevas actividades y desafíos que animan a variar la plantilla, junto a un sistema de sanciones algo más justo para los jugadores que sufren desconexiones accidentales. En ese sentido, la experiencia online funciona mejor que en ediciones anteriores.
El problema está, una vez más, en la monetización. Los sobres, los pases de temporada y un mercado que se siente asfixiante desde el primer día generan la sensación de que avanzar sin gastar dinero es un camino largo y desgastante. Es cierto que se puede progresar solo con tiempo y paciencia, pero muchos jugadores sienten que la diversión queda empañada por la constante presión para invertir.
Ultimate Team sigue siendo ese espacio donde conviven la emoción de abrir un sobre y formar un equipo soñado con la frustración de un sistema pensado para exprimir al máximo la cartera de la comunidad. Un modo brillante en lo jugable, pero marcado por decisiones que lo hacen más polémico que nunca.
Presentación y aspectos técnicos
En lo visual, FC 26 no es un salto revolucionario, pero sí transmite la sensación de ser la entrega más cuidada hasta la fecha. Las animaciones se sienten más naturales y coherentes con las acciones del jugador, lo que da un aire de mayor realismo al movimiento en el campo. El balón, los choques y hasta las celebraciones tienen un pulido extra que ayuda a sumergirse en la experiencia.
La presentación en pantalla también se ha refinado. Las retransmisiones televisivas son más creíbles, con repeticiones más atractivas y detalles que acercan el partido a lo que vemos en una emisión real. La interfaz es más clara y accesible, lo que facilita navegar entre modos y menús sin perderse en capas de opciones poco intuitivas.
En cuanto al rendimiento, el juego se percibe más estable que en ediciones anteriores. Los tiempos de carga son razonables y no se han detectado errores graves que rompan la experiencia en sus primeros días. No es perfecto —siempre aparecen pequeños fallos y bugs anecdóticos—, pero la sensación general es que estamos ante un título pulido, sin esa fragilidad que en ocasiones empañaba las entregas anteriores.
FC 26 no impresiona por un salto técnico deslumbrante, pero sí convence porque todo luce y funciona de manera más coherente. Es el tipo de avance silencioso que, aunque no se luzca en tráilers, se agradece partido a partido.
Juego online y comunidad
El apartado online de FC 26 mantiene esa dualidad que lo hace tan popular como polémico. En lo técnico, la experiencia ha mejorado: la respuesta en el modo Competitive es más fluida y el netcode se percibe más estable, lo que se traduce en partidos dinámicos y con menos sensación de lag. Para quienes compiten en Ultimate Team o Clubs, esto supone un avance respecto a años anteriores.
Sin embargo, el verdadero problema del online no está en la infraestructura, sino en la propia comunidad. Persisten conductas que ya se han vuelto casi parte del folclore de la saga: celebraciones interminables, rivales que se desconectan al ir perdiendo o actitudes poco deportivas que rompen la experiencia. Es un mal endémico que EA todavía no ha sabido resolver del todo y que, en ocasiones, convierte un partido emocionante en una experiencia frustrante.
Aun con esos problemas, el online sigue siendo el espacio donde FC 26 se siente más vivo, especialmente para quienes disfrutan de la competitividad constante. La comunidad es masiva, activa y capaz de generar momentos memorables, aunque siempre con esa sombra de toxicidad que acompaña a casi cualquier multijugador competitivo.
Valoración final
EA Sports FC 26 no es una revolución, pero sí un paso firme en la dirección correcta. La separación entre Authentic y Competitive le da al juego una identidad más clara y, por primera vez en años, permite al jugador elegir cómo quiere vivir el fútbol: como una simulación táctica y pausada o como un arcade competitivo y directo. Esa simple división ya marca la diferencia respecto a ediciones anteriores.
El gameplay, sin ser perfecto, transmite una mayor coherencia. La defensa funciona mejor, los porteros son más fiables, los pases tienen más sentido y los centros vuelven a tener protagonismo. En el Modo Carrera encontramos la mejor sorpresa, con un enfoque más dinámico que hace que la temporada se sienta viva y con peso narrativo.
El gran punto débil sigue siendo Ultimate Team. Jugablemente es adictivo y ofrece la experiencia competitiva más intensa del título, pero el modelo económico vuelve a empañar el conjunto. La monetización agresiva, con sobres, pases de temporada y un mercado asfixiante, convierte un modo brillante en lo técnico en una fuente constante de críticas y frustración.
A nivel de presentación y estabilidad técnica, el juego se muestra más pulido que nunca. No deslumbra con un salto gráfico espectacular, pero luce bien y funciona de manera estable. El online, por su parte, ofrece buenas sensaciones en lo jugable, aunque sigue arrastrando la toxicidad típica de la comunidad.
En resumen, FC 26 es el mejor título desde que la saga abandonó el nombre FIFA. Tiene identidad, ofrece mejoras palpables y se siente más sólido. No obstante, arrastra viejos problemas que siguen sin resolverse. Si disfrutas del Modo Carrera o buscas un fútbol más realista, merece la pena dar el salto. Si lo tuyo es FUT y no quieres invertir ni tiempo ni dinero, probablemente te quede la sensación de que nada ha cambiado demasiado.