NVIDIA e Intel han anunciado un acuerdo histórico para el desarrollo conjunto de múltiples generaciones de productos destinados a centros de datos y ordenadores personales, con el objetivo de acelerar aplicaciones y cargas de trabajo en mercados empresariales, de consumo e hiperescalables.
Como parte del acuerdo, NVIDIA invertirá 5.000 millones de dólares en acciones ordinarias de Intel, a un precio de 23,28 dólares por acción. La operación está sujeta a la aprobación de los reguladores y a las condiciones habituales de cierre.
Detalles del acuerdo
La colaboración busca integrar las arquitecturas de ambas compañías mediante NVIDIA NVLink, con la intención de optimizar la conexión entre CPUs y GPUs.
Centros de datos: Intel fabricará CPUs x86 personalizados para NVIDIA, que se integrarán en las plataformas de infraestructura de inteligencia artificial de la compañía.
Computación personal: Intel desarrollará y pondrá en el mercado SoCs x86 con chiplets de GPU RTX de NVIDIA. Estos nuevos procesadores combinarán CPUs y GPUs en un solo chip, orientados a PCs que demanden un alto rendimiento gráfico y de cálculo.
Declaraciones de los directivos
Jensen Huang, fundador y CEO de NVIDIA, destacó que “la colaboración fusiona la pila de computación acelerada e inteligencia artificial de NVIDIA con los CPUs de Intel y el ecosistema x86, expandiendo así nuestras capacidades y sentando las bases de la próxima era de la computación”.
Por su parte, Lip-Bu Tan, CEO de Intel, afirmó que “la arquitectura x86 ha sido fundamental para la informática moderna, y ahora trabajamos para impulsar los desafíos del futuro. La combinación de nuestras plataformas y capacidades de manufactura con el liderazgo de NVIDIA en IA permitirá nuevos avances para la industria”.
El acuerdo supone un cambio significativo en el panorama tecnológico: dos compañías que durante décadas han competido en diferentes frentes unirán fuerzas en un momento de fuerte demanda de soluciones de hardware para inteligencia artificial.
Para Intel, esta alianza representa un refuerzo estratégico en un mercado donde ha perdido terreno frente a otros fabricantes en los últimos años. Para NVIDIA, la integración de CPUs personalizados y SoCs con GPU RTX abre nuevas oportunidades más allá de su tradicional dominio en aceleradores gráficos.
Aunque aún no se han detallado calendarios de lanzamiento ni características técnicas concretas, la colaboración se perfila como un paso clave para responder al crecimiento exponencial de las cargas de trabajo de IA en la próxima década.